Ciudad de Panamá, 24 may (Prensa Latina) La Central Nacional de Trabajadores de Panamá (CNTP) exigió hoy al Gobierno de Estados Unidos que elimine a Cuba de una espuria lista de países patrocinadores del terrorismo.
En un comunicado difundido en las redes sociales por la CNTP, cuyo secretario general es Alfredo Graell, se subraya que los cubanos, lejos de patrocinar el terrorismo, han sido víctimas de este, incluido en terrorismo de Estado.
Al expresar el cálido sentimiento de amistad y solidaridad con la isla, la central obrera asegura que tomó nota de la no inclusión de la nación caribeña en un informe remitido al Congreso por el secretario de Estado sobre naciones que no cooperan con los esfuerzos antiterroristas de Washington en 2023, pero ello es insuficiente, señalan.
Por su parte, la Federación Auténtica de Trabajadores, (FAT), que encabeza Alberto Reyes, también emitió una declaración en la que precisa que La Habana continúa en la unilateral lista de Estados patrocinadores del terrorismo, sobre la base de argumentos inconsistentes y sin evidencias.
Esa medida, apunta, ha derivado nuevas sanciones y severas consecuencias para el desarrollo de la economía cubana.
Al respecto, ambas organizaciones sindicales llamaron al Gobierno de Panamá a que inste a su par estadounidense que retire a Cuba como Estado patrocinador del terrorismo y levante el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto hace más de seis décadas.
En los respectivos documentos, las dos agrupaciones también expresaron su reconocimiento al heroico pueblo cubano por su ejemplo de lucha, resistencia y lealtad a los principios de soberanía, autodeterminación y solidaridad.
En enero del 2021, a solo unos días de dejar la Casa Blanca, el entonces presidente Donald Trump re-incluyó a Cuba en la lista de patrocinadores del terrorismo como parte de su cruzada por recrudecer el bloqueo, la cual abarcó más de 240 medidas.
La decisión implica que arrecie por todo el planeta la persecución financiera a las operaciones que realiza el asediado país para satisfacer las necesidades básicas de la población, cuyo sector más vulnerable sufre de manera particular las consecuencias de la asfixia económica.